lunes, 19 de diciembre de 2016

Estoy tan loca por ti, que jamás te lo voy a decir.

        No lo voy a hacer hasta estar completamente segura que estás perdiendo también tu cordura por mí.

        Sólo quiero que te acerques, por favor, sostén mi rostro, mírame a los ojos, di algo románticamente gracioso, cariño, sabes cuánto me gustan esas cosas, y bésame, bésame como si mañana mismo aprobaran una ley que cite: “A partir de éste mismo día y para siempre, besarse con tanta pasión está prohibido…”. Hazlo hasta que no podamos decir más, que las palabras sobren y solo nuestros ojos hablen al separarnos, para luego seguir en lo mismo. Y mañana, me besas con aún más pasión, con aún más desenfreno, con aún más intimidad, porque somos igualmente anarquistas, debido a que a los dos por igual no nos gusta que nos digan que hacer, las personas como nosotros estamos destinados a estar juntos, porque seremos en libertad, es decir; sin la más mínima atadura, y eso es lo que hace fluir una unión, porque nos amaremos tanto como amaremos hacer cosas tan incorrectamente placenteras.

          Luego de todo eso… Desvísteme, poco a poco, no tengas prisa, que tenemos toda una vida, desnúdame el ser. Hazme más mía, pero esta vez con tendencia a ser más tuya. Desvísteme los complejos, los defectos, las inseguridades, los hechos y las palabras, la ropa es lo de menos. Tócame una y otra vez, mete tu mano en mi pecho y acaríciame el corazón, llega al punto g de mi cerebro y estimúlalo hasta hacerme no querer pertenecer a nadie más; agárrame como sí sintieras que cuando me aflojes, me evaporaré, arráncame la piel pedazo por pedazo y márcame hasta lo más profundo de mi alma.

         ¡Hazme el amor! ¡Hazme el jodido y puto amor! Completamente íntimo, completamente entregado, hazme el amor, drogado, borracho, triste, feliz, inquieto, y mi favorita: molesto con el mundo. Dame todo el amor que tengas, y si no tienes yo te ayudo a fabricarlo. Roza cada punto de mí y déjame moverte, golpearte, morderte, arañarte. Sé que estoy perdida, perdida en ti, porque tú nombre suena tan hermoso en medio de mi respiración agitada, y mi nombre en tus labios, tan cerca de los míos, suena como música en mis oídos. Ya divago, ya sueño, ya fantaseo, ya me pierdo pensando en todo lo que eres. Esto se escapa ya de mí, y queda a merced de lo que esté destinado a pasar, de lo que quiera en verdad suceder, de si me harás caso, de si me besarás o no, de si me desnudarás por completo o no, de si me estimularás la mente o no, de si me quieres hacer el amor, y si serás tú el amor para mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta de una manera eficaz y sana.