viernes, 30 de octubre de 2015

Un lugar lleno de tristeza.

Quiero escribir algo hermoso aquí, llenar de lágrimas mis dedos cuando lo haga; de felicidad, si preguntas su material de origen. Sonreír en cada letra marcada y susurrar recuerdos entre paréntesis. Amar cada palabra y por ende, transmitirla para que luego sean abandonadas; hasta que mi vaga mente desee recordar lo que sentía en ese momento de «inspiración». 

Soñé tantas cosas contigo, disfruté cada pedazo de sueño, pero, el final nunca pude saborearlo. Entregándole la razón a mi agitada memoria, tampoco quería tener un final para nosotros. Eras perfecta con tus errores y yo risueño con mis defectos. Nos amábamos tanto que no pudimos evitar tener un final drástico y no tan poético como los grandes romances, sino, como los mayores fracasos. Anhelo paz en tu existencia, como tranquilidad en mi mente; porque ahí, todo es un alboroto por ti. La mayoría de las personas suelen intimidarles el rechazo o el abandono, pero, ciertamente, lo trágico no son las pocas lágrimas que rozan sus mejillas, ni los golpes irracionales hacia cualquier objeto o persona. Lo trágico sería aquello que puede destruir ciudades emocionales enteras, sería enamorarse de su recuerdo, idolatrar su ausencia, e ignorar sus necesidades emocionales para pensar en esa persona que nos hace tanto... pero tanto daño.

Si me preguntas, no es que sea un experto, sin embargo, para mí, lo peor, no es terminar. Sino, nunca poder olvidar los sentimientos que aún llevas dentro... sin derecho a demostrarlos.

Es algo innato, pero, suelo llevar lo hermoso a un lugar triste.

2 comentarios:

  1. Dichosa es la mujer a quien le dedicas tantos versos. Escribes precioso. Eres un encanto.

    Besos, lindo.

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    Respuestas
    1. Lo peor es que nunca llevan una dedicatoria.

      Gracias, Saludos.

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