sábado, 2 de enero de 2016

Un sólo camino.

No creo en esta posibilidad, pero… no estés triste por mí, en esta soledad irreparable, estoy siendo feliz; creo que nunca me decidía por un sentimiento específico cuando estabas junto a mí, supongo, desgraciadamente, que ahora tengo un sentimiento hacia ti muy estable, arraigado en el centro de mi pecho, y si mal no recuerdo, mi corazón habita ahí, durmiendo como perezoso, sin embargo, ahora, el sueño para él está escaso; en éste momento sólo puedo rogar a que se duerma de una buena vez y me deje respirar de manera vivaz, como antes podía lograr con tranquilidad. Estoy encerrado entre rejas, mis pensamientos no dejan escapar a mis emociones, ¡No puedo parar de pensar!, antes tenía el mismo problema, pero no de tal magnitud.

En mi «normalidad», mi vista entraba a la zona de embelesamiento sin sentido pocas veces al día, como mucho tres o cuatro veces, aunque no era necesario contarlas anteriormente, por eso dudo de su cantidad; pero ahora, consigo entrar a la vida real, con ensañamiento, pocas veces al día. Ya no sé si esto pueda llamarse vida. Siempre extrañando el pasado, obviando el presente.

Las palabras son inútiles si no cumplimos con nuestros propósitos; como antes dije, nos quedaremos con promesas vacías una vez que nuestros cuerpos carezcan de vida; aunque, maldiciendo, sigo respirando y, no me siento vivo. Soy un conglomerado de pensamientos adversos que algún día llegarán a su final sin realizar nada prospero por el bien de su propia alma o de alguien necesitado.

Necesito renacer. Caer en lo más bajo, y seguir cayendo; para que algún día, cuando todo mi ser toque fondo, pueda levantar cabeza y mirar hacia arriba. Espero, en mi plan desesperado, sólo un camino para volver y, ser feliz.  

2 comentarios:

  1. Las palabras son inútiles si no cumplimos con nuestros propósitos...

    ResponderEliminar

Comenta de una manera eficaz y sana.