martes, 7 de abril de 2015

Ojos grisáceos [Capítulo V]

----Capítulo V “Una carta llena de razones”----

Anteriormente en las acciones de Nick…

—Yo puedo lograrlo. ¡Tengo que hacerlo! —repetía Nick, con dudas de su objetivo.

El hecho de matar a su mejor amigo era devastador para su estabilidad mental. Él sabía que volver a conseguir un amigo idéntico a Joshua sería imposible. Con una determinación inquebrantable, o así pensaba Nick, y con una navaja afilada, salió a por sus dos víctimas lo más silenciosamente que le permitía su entrenamiento, pero su mente vacilaba en realizar semejante atrocidad.

Nick permanecía a solo tres pasos distanciado de Joshua, sosteniendo su preciada navaja, cuando precisamente hace el intento de cometer aquel error, se paralizó al pensar en aquellos momentos que estuvo junto a él: las risas, trabajos, su familia, los llantos de hombre e infinidades de cosas que vivieron juntos y nunca podría olvidar. Gracias a la pérdida de tiempo pensando, a Sarah se le pasaba el efecto de los dos sedantes inyectados por Joshua en su desesperación por controlarla, recobrando ella consciencia y arruinando el objetivo de asesinar a Joshua, y si era necesario, se vería involucrada Sarah.

Nick temblaba mucho, y su mente no podía más con la situación en la que se encontraba totalmente involucrado. Su corazón dio un vuelco al ver a Sarah pronunciar un clamor doloroso, y no uno de esos simples sin emoción, sino de esos sentimientos dolorosos que vienen de lo más profundo, mas éste no venía solo, lo acompañaban sus grandes miedos tomado de las manos, sonriendo y cantando.
Aquel grito estremeció toda la casa, llenándola de una intensa desesperación. Al escuchar la magnitud de ese grito y ver la expresión de horror en la cara de Sarah, Joshua hizo el esfuerzo de voltear lo más rápido posible (sin embargo ese era uno de los momentos que no podría evitar en su vida), ver a su amigo así lastimaría todos sus recuerdos. Un segundo después, sucedió todo como si pasaran días: muy lentamente en sus mentes, sin embargo, pasó en menos de un minuto.

Nick realizó un alarido espantoso al incrustar la navaja en el cuerpo de su amigo, se iba a volver loco, si es que aún no lo estaba.

— ¡Maldita sea! —Se quejaba Joshua por el dolor.

Joshua observando la herida abierta y sangrando constantemente, dirige una mirada desesperada hacia Sarah; lo que provocaría simultáneamente que ella se desmayara por vivir esa intensa situación. Nick agacha la cabeza mostrando vergüenza por lo que le había hecho, soltó una lágrima arrepentida y solo alcanzó a decir unas palabras:

—Perdóname amigo, si es que puedes… porqué lo que haré no te va a gustar. —enfatizó Nick.

Salió del cuarto muy apenado por sus actos y entristecido corre a un lugar seguro que solo conocía Joshua, pero antes le había dejado una nota en el comedor.

— ¡Maldita sea!, ¡maldita sea!, ¡maldita sea! ¡¿Por qué mierda me hiciste esto, Nick?! —gritó Josh con furia— ¿Por qué tuvo que clavarme esto en la pierna? Como duele esta mierda —decía mientras sacaba la navaja que tenía incrustada en la pierna.

Nick no cumplió su objetivo, en el instante que dirigía la navaja a la yugular, simplemente cambió su objetivo hacia una pierna descubierta, en este caso, la derecha. Aun así, Nick no podía comprender como siquiera se le pasó por la cabeza asesinar a su amigo por una simple orden.

Al salir de aquel lugar, con el que luego tendría muchas pesadillas, se dirigió directamente al escondite: ¿Por qué a nosotros?, no podemos vivir en paz con esta amenaza que nos acecha todos los días, pensaba Nick camino al apartamento.

Ya muy cerca del lugar, se notaban las calles vacías, pasaban los autos cada cierto tiempo, se escuchaban los maullidos de los gatos y los aullidos de los perros cerca de los callejones oscuros… Era muy tarde, iban a dar la una de la madrugada y él ya estaba en la puerta del apartamento. Entró, abrió la regadera y se fue a bañar. Tardó veinte minutos lavándose todo el cuerpo y pensando en las cosas que había hecho. Luego, fue a la habitación y sacó el mejor traje, se sentó en la silla del escritorio y empezó a escribir una especie de carta; parece que se despedía en ella, anotaba todo lo que se le venía a la mente además de las razones por las que hizo esa barbaridad de hace más o menos cuarenta minutos. Le pide disculpas a Joshua y se despide para siempre…

—Lo siento Josh —Nick lanzó palabras al viento con lágrimas en los ojos y tartamudeando.
Buscó una silla, una soga y solo le faltaba encontrar el lugar. Se acordó que le encantaba ver los amaneceres desde una ventana que tenía vista a un gran árbol que era hermoso por las mañanas y oscuro por las noches, y decidió colgar la soga frente a esa ventana. Dejó todo preparado para cuando llegara Josh a pedirle explicaciones acerca de todo lo que pasó, dejando una carta en su mesa de trabajo, se tomó un exquisito trago del Gran Catador y abandonó el resto en la mesa de noche, se ajustó el traje negro Armani con un pañuelo rojo que siempre le traía suerte en sus misiones (lástima que esta vez no iba a ser así). Se montó en la silla e hizo que la soga abrazara su cuello y lo amara hasta la muerte.

—Sólo Joshua conocerá el secreto tras mi muerte, pero tendrá que esforzarse.

Si te gustó comenta y comparte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta de una manera eficaz y sana.